¿Tienes problemas con el alcohol o eres alcohólico (a)?


En Chile consumir alcohol es parte de la cultura, y por lo tanto, se acostumbra a beber en diferentes rituales familiares y sociales  como,  por ejemplo, una copa de vino al almuerzo, cerveza en el tercer tiempo del partido,  tragos preparados en el happy hours después del trabajo, chicha, pipeño y terremotos en Fiestas Patrias, etc., Por este motivo es difícil determinar si el consumo de alcohol es moderado, si existe un problema o si ya se ha generado una dependencia.

 

El alcoholismo es la adicción a la ingesta de alcohol, una enfermedad crónica que incluso puede llevar a la muerte. Según explica el Dr. Jonathan Veliz, Subdirector del Departamento de Psiquiatría del Hospital Clínico Universidad de Chile y especialista en adicciones, “es difícil determinar cuándo una persona es alcohólica, ya que beber es parte de los hábitos culturales y si bien la mayoría toman de manera saludable, 1 de cada 10 tiene problemas con el alcohol y 1 de cada 20 ya tiene una adicción al alcohol, o sea, alcoholismo”. Y agrega “Por eso es importante aclarar que la enfermedad no tiene relación directa con la cantidad de alcohol que se toma o con la frecuencia, sino que está determinada por la relación que una persona establece con la conducta de beber, en la que no pueden elegir cuándo detenerse; los pacientes ejemplifican esto al decir  “se me presenta la oportunidad de beber y se me dispara la boca, me entusiasmo y no puedo parar”.

¿Por qué no todas las  personas que toman se hacen adictos o tienen alcoholismo?

Existen personas que tienen mayor predisposición a volverse alcohólicos porque tienen familias alcohólicas o con algún problema de adicción.  Tanto por razones genéticas como por hábitos estas conductas suelen observarse en los descendientes. Por ejemplo, si mis padres usaban pastillas para dormir, yo puedo tener mayor riesgo de tener alguna adicción.

Asimismo influyen las circunstancias, por ejemplo, en algunas comunidades cerradas donde se le da gran valor al alcohol, el cual termina siendo el lugar de encuentro o el relajo, como el tercer tiempo de los partidos o los happy hours.

¿Cómo afecta el alcohol a las personas?
“El alcohol afecta todos los planos del individuo, su salud,  su economía, su moral y su entorno social.  En el organismo puede producir enfermedades al hígado y corazón, hipertensión arterial, diabetes, colesterol, anemia, disminución de glóbulos blancos, plaquetas, disfunción eréctil, alteraciones de la hormona femenina, sangrado del tubo digestivo, daño cerebral, pancreatitis, desnutrición, etc.

Además puede generar cuadros psiquiátricos:  que alguien escuche voces, vea cosas, tenga crisis de pánico, depresión, tendencias suicidas y cuadros específicos de demencias y pérdidas de la memoria.

Finalmente puede provocar daños por caídas producto de los efectos del alcohol”.

¿A qué edad existe el riesgo de volverse alcohólico?
“Una persona se puede hacer alcohólica a cualquier edad y en cualquier momento. En los adultos hay que  poner atención en situaciones de riesgo o de estrés, como por ejemplo, personas que estén viviendo un duelo, quienes se pueden ir a los bares quita pena y encontrar alivio en el alcohol, ya que tiene efecto ansiolítico.

Asimismo, es importante colocar foco en los adolescentes porque están creando hábitos, formando su personalidad y además su cerebro está en desarrollo, por lo que es más sensible a los tóxicos del alcohol. Entre más tardío comienza su consumo, el riesgo de adicción disminuye. Por eso las pruebas que los adultos dan a los niños no les ayuda, ya que distintos estudios revelan que la edad de quince años es clave en la adquisición de adicciones”.

“La escalada hacia las drogas duras parte con  las drogas legales, es decir, con el  consumo de alcohol y el tabaco, y lo ideal es postergarlo. Es muy importante educar a la población respecto a que tomar alcohol produce cambios en el organismo”.

¿Cuándo consultar a un especialista?
Cuando  el consumo de alcohol deja de ser un hábito común y corriente y empieza a generar problemas en el trabajo, con los familiares, con la ley. Muchas personas  consultan tardíamente cuando ya tienen problemas físicos, notan que les falla la memoria, concentración, pierden vitalidad o empiezan con alteraciones físicas propias de daños hepáticos, se empieza a abultar el abdomen, cambiar la piel, caer el pelo o salir manchas.

Tratamiento contra el alcoholismo
“De 100 pacientes en tratamiento, 10 se mantienen sin consumir alcohol. Que diez salgan adelante significa que el alcoholismo se puede tratar”. ¿Qué es lo distintivo en estos pacientes? “La clave es que exista un equipo clínico integrado por distintos profesionales, que sea competente, que pueda ponerle límites, acoger al paciente y a su familia, cuando aún hay red de apoyo. Además son personas que genuinamente quieren salir del círculo vicioso”.

¿Cómo es el tratamiento? “se basa en terapia farmacológica que sirve de apoyo y principalmente en psicoterapia en la cual  se emplean distintas estrategias motivacionales con el objetivo de generar conciencia en el paciente y sus familias sobre las consecuencias del alcohol en  sus vidas. Muchos alcohólicos no hacen la vinculación de su situación con el alcohol y dicen ¡Mi jefe es el complicado!, ¡Mi señora es la jodida! ¡Tuve mala suerte y me pillaron los carabineros!

¿Se puede presionar a un alcohólico a someterse a tratamiento? “Uno intenta que los pacientes estén por una motivación propia en los tratamientos, lo que no quita que la familia o los tribunales les pongan límites y los lleven a tratamientos;  eso puede ser una oportunidad de comenzar a trabajar con los pacientes”.

El Servicio de Psiquiatría del Hospital Clínico Universidad de Chile cuenta con una Unidad de Adicciones integrada por un equipo multidisciplinario de psicólogos, terapeutas ocupacionales y psiquiatras, especialistas en alcoholismo y otras enfermedades. En este centro se emplean distintas  modalidades de tratamiento, ambulatorio de consultas, hospitalización  y en los últimos años han desarrollado psicoterapia grupal, la cual ha tenido excelentes resultados.

“Este grupo viene varias veces a la semana y está orientado a adquirir herramientas para el manejo emocional, para prevenir recaídas, también con intervenciones familiares. Los pacientes se hospitalizan sólo cuando existe un riesgo importante para su salud, ya sea física o psiquiátrica y, por lo tanto, hay muchos tratamientos que son ambulatorios porque consideramos que es importante no desvincular a las personas de su vida, sino ayudarlos a que puedan desempeñarse mejor. Hay situaciones en que no se puede cuando hay daño físico, riesgo de suicidio, intoxicados o están metidos en un circulo de consumo muy intenso”.

¿Qué nos falta por hacer en Chile para prevenir el alcoholismo?
“Es clave la educación, mostrar que existen riesgos, que no da lo mismo tomar o no tomar alcohol, que es parte de la cultura y hay que enseñar herramientas objetivas para saber qué es beber con bajo riesgo. Difundirlo en el personal de la salud y también en la comunidad general y especialmente en todos los colegios, ya que en algún momento todos los adolescentes se enfrentan al alcohol.

Además es indispensable  tener mejores vías de comunicación con la población adolescente y entregarles información  en un lenguaje que les haga sentido, que no sea impositivo, sino que ellos perciban el riesgo. En este sentido es importante el rol de los padres, la familia y también el tener cuidado con la publicidad y no relacionarla con deportes para evitar estimular el consumo.

Las leyes del último tiempo contra el consumo de alcohol han sido muy buenas porque han metido dentro de nuestras conductas cotidianas de una manera más clara el concepto de manejar sin alcohol. Sería  bueno que eso se ampliara a otras sustancias porque si bien hay Alcotest, no existe  diazepamtest, ni marihuanatest, sustancias que también afectan los reflejos.

Consumo de alcohol de bajo riesgo
Aunque está inserto el beber en nuestra cultura hay que pensar en hacerlo con moderación, lo que se conoce como consumo de bajo riesgo. A continuación el Dr. Veliz entrega algunas recomendaciones:

• Consumir máximo 4 tragos en hombres y tres tragos en mujeres. Cada trago debe tener entre 12 y 14 gramos de alcohol y eso en cantidad es una lata de cerveza, una copa de vino, 40 cc de un trago fuerte.

• Dejar de tomar al menos dos días.

• No tomar alcohol en situaciones de riesgo, es decir cuando conduzca, haya tomado ciertos medicamentos, estando embarazada, ya que cualquier cantidad de alcohol se considera de riesgo.

• Tomar el trago en 1 hora y media y acompañarlo de comidas.