Estrés de fin de año


A pocas semanas de que finalice este particular año, comienza también el tiempo de balances. Este año la crisis sanitaria nos ha hecho vivir como nunca períodos de estrés, nostalgia, angustia, miedo, soledad. Por eso es muy necesario darse un espacio para analizar este período porque el año que se avecina también será demandante a nivel emocional.

“En psicología y psiquiatría clínica se habla del concepto de trastorno adaptativo, es decir, cuando una persona tiene una serie de condicionantes ambientales que aumentan el nivel de complejidad frente a las labores que se deben realizar, pero siente que sus capacidades están muy por debajo de lo normal, y tiene la sensación permanente de andar como sobredemandado: es lo que gente denomina estrés», afirma el psiquiatra del Hospital Clínico Universidad de Chile, Dr. Jaime Solis.

Según el experto, los síntomas generales pueden ser estados de ansiedad, rigidez muscular, dilatación de las pupilas, incapacidad de conciliar el sueño, despertar precoz, falta de concentración, irritabilidad, pérdida de las capacidades para la sociabilidad, estado de alerta, enfermedades de la piel, del aparato digestivo y patologías cardíacas, entre otros.

Los factores estresantes se refieren a aquellas situaciones desencadenantes del estrés. Los que más afectan en esta época son la seguidilla de eventos de fin de año, un quiebre amoroso, la carga laboral, una quiebra económica, un conflicto familiar, tensión ante posibles riesgos o amenazas y desde luego todo lo que ha significado la pandemia.

Según el especialista,  «se requiere revisar y volver a estilos de vida saludable: una sana alimentación, una cantidad adecuada de horas de sueño, actividad física. Por otra parte, será indispensable contar con una red de apoyo que ayude al paciente a salir adelante», agrega.

«Para llegar a fin de año en buenas condiciones, debemos partir despacio, no acelerarnos ni sobrecargarnos de trabajo o compromisos. Aprender a decir que no, realizar tareas realistas y no pretender hacer todo de una vez, tener expectativas más cercanas a lo real y también se debe tener una actitud más optimista, no amargarse antes de que las cosas sucedan ni anticipar consecuencias catastróficas», afirma el Dr. Solis.

FACTORES QUE AUMENTAN EL ESTRÉS
El consumo de café, tabaco y alcohol agudizan los síntomas de esta afección. También hay ciertas conductas que incrementan los niveles de estrés que pueden sufrir las personas, gatillando estados de presión aún más graves.

«La cafeína, el tabaco y el alcohol conducen a una sobreactivación del organismo, que aunque creamos que nos ayudan al permitirnos más tiempo de vigilia y/o una sensación transitoria de relajo, en realidad agudizan el estrés, porque lo que nuestro cuerpo y nuestra mente realmente necesitan es un descanso adecuado», explica el experto.

A esto se suma la mala alimentación, que incluso puede acarrear problemas gastrointestinales, como úlceras o estreñimiento, enfermedades que también están asociadas al estrés.

¿Qué hacer entonces para evitar el estrés de fin de año?  

El psiquiatra Dr. Jaime Solis nos entrega una pauta para poder hacer frente a los cuadros de estrés de fin de año:

— Organizar adecuadamente el tiempo y los horarios. Esto implica ser realistas en el tiempo que nos toma realizar cada actividad, incluir tiempos de descanso, de comidas, de traslado, etc.

— Contar lo que sentimos y pensamos. Compartir lo que nos pasa nos ayuda a ser conscientes de nuestras emociones y a diferenciar una emoción de otra.

— Aprender a decir que no para no abarcar más de lo que realmente podemos cumplir.

— Bajar el nivel de exigencia de cara a las fiestas navideñas.

— Hacer actividad física de forma regular.

— Mantener una dieta balanceada, rica en frutas y verduras; y respetar horarios regulares de comida. Una buena alimentación ayuda a tener mayor concentración y mejor rendimiento.

— Limitar el consumo de cafeína (café, té, bebidas), grasas y azúcares. Evitar fumar y eliminar la ingesta de alcohol. Evitar el uso de tranquilizantes.

— Usar la voluntad para mantener una buena actitud ante la vida: Intentar ser optimista, flexible, tolerante, etc.

— Mantener expectativas realistas tanto de uno mismo como de los demás. Esperar demasiado puede conducir a frustración.