Desafíos en la crianza de niños con TDAH


El trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) se caracteriza por la presencia de grados variables de inatención, hiperactividad e impulsividad, las que impactan en el desarrollo del aprendizaje y rendimiento escolar, así como en los procesos adaptativos del individuo a su medio ambiente.

 

Macarena Pi, psicóloga de la Unidad de Psiquiatría Infantil y del Adolescente de la Clínica Psiquiátrica Universitaria, subraya: “Los desafíos de la crianza de niños con TDAH vienen dadas por varios aspectos. Lo primero es porque falta información o porque no es adecuada. Entonces a la familia se le informa que el diagnóstico del hijo es TDAH, pero no se le explica cómo el TDAH influye en todas las otras áreas de su vida y no se le explica tampoco su tratamiento”.

De igual forma, la psicóloga recalca: “El TDAH influye en muchas áreas de la vida de quien la padece, por ejemplo, en la regulación emocional, en el sentido del tiempo, en la forma en que aprendo. Influye en la forma en que me relaciono con los demás. Uno de los desafíos grandes en la crianza es que a los padres les pasan muchísimas cosas durante el día, teniendo que criar a los niños con TDAH y a veces los mismos profesionales minimizan esto. No es lo mismo un adolescente deprimido que tenga TDAH que un adolescente deprimido que no tenga TDAH”.

Estrategias: ¿Cómo lo hago?

También la falta de estrategias adecuadas para la crianza de los niños con TDAH son un tema. De hecho, la psicóloga señala que a veces los profesionales de área entregan paquetes de estrategias generales a los padres como si a todos los niños con TDAH le sirvieran las mismas y se sabe que no es así; las estrategias tienen que ser específicas para cada persona. “Claramente hay cosas generales que funcionan para todos, pero deben ser adecuadas para cada niño, niña y adolescente. Los niños con TDAH tienen una dificultad en el control interno del tiempo, es decir, el reloj interno no funciona igual que los demás, por lo que no les sirve tener más tiempo, si es que no lo ayudan a manejar este tiempo”, destacó la psicóloga.

Disciplina: ¿Cuál es el rol entre los objetivos y el cariño?

Para la psicóloga Macarena Pi, lo primero es entender que el TDAH no es un problema de conducta, ya que existen niños con TDAH que tienen estos problemas y otros niños que no. Por esta razón indica: “En esos casos llega a ser un problema porque no se logra identificar su TDAH, ya que no tienen problemas conductuales. Lo más importante es entender las necesidades particulares de mi hijo, de mi hija, de mi alumno. Qué es lo que esa persona necesita y dado eso, hacer un ambiente flexible que se adecue a esas necesidades”.

“Hay niños a quienes les sirve estudiar en movimiento; otros, pateando una pelota. A otros niños les sirve estudiar con música, es decir, el desafío en la disciplina es entender qué necesita ese niño. Y lo más importante es cómo adaptar el ambiente para las necesidades que él tiene. Los objetivos van en esa línea, o sea, en poder adaptar el ambiente a las necesidades que tiene el niño con TDAH”, agregó.

¿Cómo abordar las expectativas?

En el caso de las expectativas de los padres, lo primero es informarse a través de una buena fuente luego del diagnóstico de TDAH. También se le debe preguntar al niño qué necesita y cuál es la metodología que le ayudaría para comprender mejor.

Al respecto, la psicóloga Macarena Pi sostiene: “Cuando uno recibe buena información y está con profesionales que entienden verdaderamente de qué se trata esto, aparece la fase de la aceptación, que es aceptar que tengo un hijo en el que su neurobiología funciona de otra manera a los demás niños y compañeros de curso. Luego de que tengo información confiable y de una buena fuente y ya he aceptado que mi hijo tiene TDAH, viene la tercera fase que es la de crear una nueva normalidad, es decir, que en el hogar habrá una nueva normalidad adaptada para una de las personas de nuestra casa, la que tiene déficit atencional”.

Finalmente, la psicóloga asegura que, tras aceptar esta nueva normalidad, sabiendo que esto es debido al neurodesarrollo, “que no es un problema de voluntad, que no es que el niño no quiera, ayuda mucho con las expectativas de los padres porque la aceptación y la información van de la mano para entender lo que el niño puede y no puede hacer. Y entonces los adultos debemos adaptarnos a eso”.

 

Fuente: Hospital Clínico de la Universidad de Chile.