Niños en confinamiento: ¿Cómo enfrentarlo mejor?


La pandemia ha afectado todas las dimensiones de la vida de los niños y niñas: la familia, la escuela, la relación a los pares, los aspectos emocionales, el juego, la recreación, por nombrar algunos. Desde el inicio de esta crisis sociosanitaria, los organismos internacionales han sido enfáticos en el nivel de afectación que los niños van a sufrir a propósito de la pandemia y la postpandemia.

¿Cómo entonces podemos los adultos ayudarlos?

“Lo primero que los adultos podemos hacer para no traspasar el estrés a nuestros hijos o hijas es primero mantener la calma nosotros y poder ser un modelo de cómo ir manejando nuestra propia ansiedad. Esto ayuda a los niños a tener modelos de calma y tranquilidad. Esta regulación ayuda a que los niños puedan imitar esos comportamientos y estén más tranquilos. Lo otro que podemos hacer es regular el acceso a la información: ojalá no tener la televisión con las noticias permanentemente encendida y dejar esos espacios de noticia o de información acerca de la pandemia para espacios donde hayan ojalá solo adultos. Y lo otro que tenemos que hacer es poder dar espacios de contención. Eso quiere decir, espacios para hablar acerca de lo que nos está preocupando. Puede ser antes de dormir, puede ser en algunas situaciones familiares donde puedan compartir actividades, donde se dé un espacio de confianza y el niño o niña pueda expresar las preocupaciones que está teniendo. Esto depende de la edad de los niños. En el caso de los preescolares es bueno dibujar, instancia de actividades plásticas o actividades creativas. En el caso de los escolares es bueno leer cuentos y poder buscar cuentos acerca de la pandemia o de las preocupaciones de los niños y conversar. Y con los adolescentes quizás tener un espacio de conversación más similar a la que uno tiene con los adultos”, comenta la Terapeuta Ocupacional de la Clínica Psiquiátrica del Hospital Clínico Universidad de Chile. Cecilia Figueroa.

“Sabemos que los niños necesitan moverse y jugar; poder hacer ejercicio y del derecho al juego. Es muy importante dejar espacio de la rutina diaria, dependiendo obviamente de la fase en la que está cada comuna, para poder salir de manera segura con los niños a la calle, cerca de la casa, ojalá con naturaleza, caminata, scooter, triciclo, uso de algún rodado para los más chiquititos y que puedan disfrutar de una actividad de esparcimiento, ojalá con actividad física. No tener susto a que se encuentren con otros niños, mediante la higienización de manos y compartir de manera segura el uso de mascarilla. Los niños se benefician mucho de poder tener instancias donde hay otros niños, quizás no con tanto contacto físico, con tanta cercanía, pero sí el hecho de estar en un espacio compartido los puede ayudar. Y en términos de las actividades de la rutina diaria, de las actividades del hogar, yo creo que si hay algo bueno que nos ha dejado esta pandemia es la posibilidad que los niños se integren a las rutinas de la casa”, señala.

Finalmente agrega la especialista: “Es muy interesante ver cómo esta situación sanitaria nos invita a repensar y a crear nuevas formas de enseñarles a los niños, cómo ser parte del mundo, cómo ser ciudadanos, cómo ser amigos, cómo ser estudiantes. En ese sentido, creo que el compartir de manera segura va a tener que ser algo que los adultos vamos a tener que ir modelando a los niños. Por ejemplo, cómo compartir los materiales de manera segura en el colegio; cómo compartir cuando estamos en una plaza con los otros niños de manera segura. Los adultos tenemos una tendencia natural, cuando los niños están haciendo algo que los pone en riesgo, de decir no, empezar por el no. Ésa es nuestra forma, ya sea porque lo aprendimos o porque culturalmente lo hemos adquirido así. Lo importante es que podamos relacionarnos en positivo, enseñarles la seguridad a los niños de manera con verbos en positivo, por ejemplo: ¿cómo podríamos compartir estos materiales de manera segura? Quizás si nos higienizamos las manos primero, quizás si limpiamos esto antes de compartirlo, si queremos compartir un dulce con otro niño, quizás el adulto lo tiene que higienizar primero, entonces siempre hay formas. Tendemos a decirle a los niños: «¡No, no te subas ahí!, ¡No toques a tu compañero!, ¡No te saques la mascarilla!» y quizás esas mismas frases las podríamos transformar y decirles: “Controla tu cuerpo, toma las precauciones», «Yo te voy a acompañar de más cerca por si hay algún peligro”. Lo mismo con la mascarilla: en vez de decir “No te saques la mascarilla” decir “Mantengamos la mascarilla. Acuérdate que es segura para ti y segura para las otras personas». Los invito a que los adultos nos pongamos creativos y busquemos otras formas de modelar las conductas seguras de los niños que van a ser ciudadanos en el futuro.

 

 

Fuente: Hospital Clínico de la Universidad de Chile.